sábado, 30 de mayo de 2020

LLAMO (RIOSA), EN EL AÑO 1921

LLAMO (RIOSA), EN EL AÑO 1921.-

Llamo, en la actualidad:




Escenas cotidianas de Llamo en el año 1948:




Gracias a un artículo titulado "RIOSA. LOS RINCONES ASTURIANOS", publicado en el mes de agosto de 1921 en el periódico "El Noroeste" de Gijón, firmado por el riosano Constantino Muñiz Barro, hijo de Pepe La Vega, podemos saber un poco más de como era la vida en este pueblo situado en el extremo sur del Concejo de Riosa.
 Según nos cuenta Constantino, al Concejo de Riosa, al que considera como un  de los más pintorescos de Asturias, ya se había referido en otras ocasiones, destacando las altas cumbres del Puerto del Aramo y sus Cordales, con panoramas verdaderamente atrayentes y sugerentes, sin embargo, en esta ocasión  quiere  hablarnos de uno de los pueblos más antiguos de Riosa, Llamo, el "Clamo" de los romanos, situado en el el extremo sur de la vertiente oriental del Puerto del Aramo, y del poblado de Rioseco - la hermosa atalaya de Rioseco como él  lo denomina -. Un pueblo rodeado de bellos parajes, coronados por los picos del Villuriz (1.400 m)  o El Texeal, pertenecientes al Puerto del Aramo,  situado en un bello rincón, pero apartado de la capital del Concejo, La Vega. Unido a la misma, por el norte, mediante un largo camino de iglesia y, por el sur, mediante otro camino, con el poblado minero de Rioseco. Poblado que, desde 1904 , sí contaba con una carretera que subía hasta La Mesta y desde aquí, en trayecto casi llano, hasta El Alto La Segá donde entroncaba con la carretera recién construida  entre Pola de Lena y El Alto La Segá. Precisamente se había construido para dar salida al mineral de cobre de Texeo (Riosa) y de mercurio de La Soterraña (Lena). Se daba la paradoja de que el pueblo más al sur del Concejo de Riosa, Rioseco, contó con carretera  casi 30 años antes que la capital del Concejo, La Vega de Riosa.
 Constantino nos cuenta que el poblado minero de Rioseco, situado en una  cota un poco superior al pueblo de Llamo,  en la fecha que escribió el artículo, no estaba habitado, por no existir actividad en las minas de Texeo en ese momento.
Creemos interesante hacer un inciso explicando la razón de por qué estaban inactivas las minas en ese momento. El motivo es el siguiente:
La reanudación de las actividades en Las Minas de cobre de Texeo  se demoraron como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. En el año 1918, finalizada la primera Gran Guerra, las minas volvieron a manos de VAN STRAALEN, y su hermano político Mario Alvarez del Manzano, sin embargo, en el año 1919 se interrumpe la actividad de la empresa de forma tajante, no solo por la fluctuación del precio del cobre sino por razones ideológicas (Pedro Lorenzo y Diego Sánchez). Y es que, finalizada la contienda, se estableció una lista negra con los proveedores de Alemania y entre ellos figuraba el principal accionista de las Minas del Aramo que, además, era primo del Kaiser. Como consecuencia se cierra la explotación.
La sociedad siguió manteniendo la titularidad de las minas, quedando a su cargo hasta 1924 un ingeniero inglés, cuya misión según nos cuentan los más viejos de la zona era: “subir diariamente a las minas, beberse una botella de coñag y escribir a su novia, carta que era llevada por el pinche a Pola de Lena a la vez que recogía el correo.” De las andanzas de este ingeniero inglés por la vertiente oriental del Aramo existen aún hoy algún vestigio: al margen de la carretera que desde el Alto de La Cobertoria va hasta la estación de T.V., en el Pico del Gamoniteiro, existen los restos de una cabaña por el construida que dio nombre al paraje que es conocido como “La Casa El Inglés”.
Esta situación, como decimos, se mantuvo hasta 1924. Con la llegada al poder del General Primo de Rivera, se produce el resurgimiento de la explotaciones de cobre, como consecuencia de la política proteccionista (subvenciones) que dio lugar a la reanudación de la actividad en las Minas de Texeo, sobre todo del cobalto, que se exportaba a Francia a través de la Empresa del Sur.
La Aramo Copper Mines reinicia la explotación a finales de 1923.

 En el poblado existían media docena de edificios  destinados  a los ingenieros y empleados que habían sido construidos en el el año 1890 por la empresa "The Aramo Copper Mines", empresa que explotaba los ricos filones de cobre y de cobalto, situados entre los 1.100 m. y 1.200 m. de la ladera, en los parajes de "La Campa Texeo", "La Campa Les Mines - El Socavón - y "El Arrebolleu", cuya antigüedad se remonta a la Prehistoria (4.000 años), en que fueron explotadas por nuestros antepasados y más tarde por  diferentes pueblos - él habla de celtas y romanos -
En el año 1921, Llamo y su entorno estaba enmarcado en el denominado "Coto de Llamo", perteneciente, según palabras de Constantino, a una distinguida familia ovetense.
Con independencia del entorno natural que rodea este rincón tan extraordinario, Llamo, precisamente por su aislamiento, conservaba intactas las costumbres de sus antepasados, la sencillez, la nobleza, la franqueza, en definitiva, el sello de la gente de la Asturias remota.
Allí, la gente seguían utilizando los alimentos que desde tiempo inmemorial han sido el sustento principal de sus antepasados como la borona, la leche y las carnes saladas.
Allí, las costumbres apenas habían variado, la religiosidad era absoluta, allí, la prensa diaria y los libros no circulaban sino de sorpresa; allí, las canciones eran de notable clasicismo, entonadas con voz vilerante - bramadora, potente - y desacordada pero expresadas con ensoñadora cadencia.  Esta forma de cantar   y las muchas canciones que  se trasmitían de viva voz por sus antepasados  fue la razón que indujo al folclorista Eduardo Torner - por otra parte, oriundo de este pueblo -  a recoger en su Cancionero un gran número de estas canciones y tonadas.
También se refiere, Constantino,  a la belleza de las mozas de Llamo, " ... de esbelta figura, cabellos rubios y castaños..". En Llamo subsistía la legendaria costumbre del cortejamiento. A pesar de que en aquella época, las gentes de Llamo no dispusieran de muchos medios  - vivían del campo y de la ganadería -, eran trabajadoras, francas y divertidas y solían estar de buen humor.
Todos los días al anochecer era normal ver a mujeres y a los hombres reunidos en animadas tertulias y, los sábados y domingos, hasta la media noche, se organizaban animadas fiestas en la calle o bajo el hórreo o la panera. Bailaban admirablemente los típicos bailes del país, sobre todo las mozas. 
Sin embargo, desde hacía algunos años se habían arraigado otros bailes como el llamado de la "xarabata", un baile difícil para el que se necesitan dos parejas que armonizan diversas figuras. Según Constantino, un baile muy apropiado para las mozas campesinas. Como instrumento musical se utilizaba el pandero y guardaba similitudes con los bailes de nuestros vaqueiros y de los campesinos rusos.
Este baile fue introducido en Llamo algunos años atrás, por el escritor y políglota, Juan Antonio López Vázquez, "Juan Ibero", baile que rápidamente se extendió por todo el Concejo de Riosa, incluso, por el de Quirós.
Juan Antonio López Vázquez, "Juan Ibero", procedía  de la aldea del Valleto, en el Valle de Cuna (Mieres) y llevaba viviendo varios años en Llamo en la casa de Firma y Elvira, trasladándose  después a vivir al pueblo de Les Texeres al contraer matrimonio con la  jovencísima (15 año), María Fernández.
 "Juan Ibero", era un hombre de una gran versatilidad intelectual  y  tenía en su mente horizontes muy amplios. Fue así como  empezó, con poco más de veinte años (1906),  su vida de viajero y "trotamundos" por diversos países de Europa y Africa. Viviendo en otros países aprendería mucho mejor su idioma (Francia y Portugal, Bélgica, Inglaterra, Italia, Alemania, el norte de África y Suecia). Precisamente desde Suecia pasó a Rusia, donde permaneció tres años - de 1909 a 1912-.
En consecuencia, aparte de tener conocimiento de muchos idiomas, hablaba correctamente, el inglés, el francés, el italiano, el ruso y el portugués.
Era un estudioso de las costumbres y el folclore de los pueblos, la prehistoria, la etnografía ... 
Escribió varios libros, los más importantes, "Cuentos y recuerdos de Asturias" , en 1916, "Cuentos de la tierra que fue de los Zares", en 1920. Articulista colaborador de varias revistas y periódicos de la época como "El Noroeste" de Gijón. Fue profesor de idiomas, etc etc. (Próximamente publicaremos un amplio reportaje sobre su vida y sus obras).
Retomando el hilo de nuestra exposición y siguiendo lo que nos cuenta Constantino en su artículo, "Juan Ibero", no solamente les enseñó el baile de la "xarabata", sino también algunos otros más como el "botabolén" o la "paxariega" sin embargo estos nunca llegaron a tener  la importancia del primero.
Por lo visto, las mozas de Llamo bailaban la "xarabata" de forma magistral. Y cita las mujeres que en el año 1921  bailaban este baile: Teresa y María Hevia, María Muñiz, Adela Martínez, Consuelo y María Sariego, Mercedes, Rosa, Rogelia y algunas otras más. Todas ellas, los sábados por la noche vestían sus mejores galas y acudían al baile bajo el hórreo o la panera con la ilusión de que llegara algún admirador que viniera de lejos en busca de amor.
Bailaban la "xarabata" al son del pandero y la moza que entonaba las canciones era Rogelia, como la que decía: "Aunque vivo al par del monte -donde la neblina "baxa" - non voy a la tu panera - non te alabes fachendosa".
Y concluye su narración, Constantino, haciendo una alabanza del modo de vida que aún pervivía en el pueblo de Llamo en el año 1921, donde aún se conservaba el ambiente social de sus antepasados.
 Llamo, pueblo noble, humilde, sencillo y religioso, con su caudal de mitos y supersticiones.

Artículo publicado, en agosto de 1921, por Constantino Muñiz Barro en el periódico "El Noroeste",  de Gijón, sobre como era la vida en el pueblo de Llamo en esa época:

Para quien desee tener una mayor información del pueblo de Llamo y su entorno os dejamos una breve reseña que hicimos hace algún tiempo:




LLAMO

SITUACIÓN.-

El pueblo de Llamo se asienta en el extremo sur del Concejo de Riosa, tiene acceso por la carretera RI- 6 - 6 km - desde la capital del Concejo – La Vega de Riosa -, a una altitud de 525 m aprox., bordeado por el este por el Río Llamo y por el Oeste por lo que, antaño fue una fértil ería de tierras de labor y hoy abundantes praderías regadas por el Río de su mismo nombre.

ANTIGÜEDAD.-

Hay un hecho irrefutable y contrastado que demuestra que la antigüedad del pueblo de Llamo, se remonta a más de cuatro mil quinientos años en el tiempo. Lo atestiguan las Minas Prehistóricas de Cobre y Cobalto de Texeo, muy cercanas al pueblo, en el extremo suroriental de La Sierra del Aramo. Estas minas, que fueron descubiertas por el ingeniero D. Alejandro Van Straalen en el año 1888, se dieron a conocer al mundo en el año 1893 por el también ingeniero D. Alfonso Dory mediante la publicación de una Memoria en la Revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería de Madrid.

El Socavón:


El Arrebolleu:


Explotación prehistórica del Rincón de La Campa Les Mines:


EL COTO DE LLAMO.-

Durante la Edad Media y parte de la Edad Moderna, Llamo como el resto del territorio del concejo de Riosa perteneció a la Mitra Ovetense, sin embargo en el siglo XVI se produce un notable cambio en la administración del territorio a causa de la desamortización de bienes eclesiásticos decretada por Felipe II. Se sacará a subasta la venta de la jurisdicción de Riosa y serán los propios vecinos quienes obtengan su redención y se constituyan en concejo autónomo mediante el pago de 199.721 maravedíes en 1579. La compra se legaliza mediante escritura pública fechada en 9 de enero de 1588 y que obra en el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Riosa. Únicamente el coto de Llamo escapa a la autoridad del Concejo, ya que, en contra de lo que pretendían los vecinos, permaneció bajo el señorío de Rodrigo Bernardo de Miranda. Los pleitos entre el señor del coto de Llamo y el concejo de Riosa se suceden hasta el siglo XVII, cuando el coto ya no se incluye entre las jurisdicciones laicas de Asturias.

TOPÓNIMO DE LLAMO.-

Sobre el origen de la denominación del pueblo: Llamo, D. Alfonso Dory, en la Memoria publicada en La Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería, en el año 1893 con motivo del descubrimiento de Las Minas Prehistóricas de cobre y de cobalto de Texeo por el ingeniero Van Straalen, nos da su versión del origen del topónimo "Llamo". Según él, se deriva de "llama", ya que cerca del mismo había fundiciones de origen romano o árabe. No obstante, el Diccionario ESPASA y, también, según nos dice D. Octavio Belmunt y Traver, es una palabra de origen latino (clamo=llamo).


 

ENTORNO DE LLAMO .-

El entorno del pueblo de Llamo es espectacular, rodeado por paisajes y parajes extraordinarios, a los pies de la Sierra del Aramo  -Pico Villuriz - , con las Minas Prehistóricas de Cobre de Texeo y el Poblado minero de Rioseco, Los Gueyos del río Llamo, donde se capta el agua para la ciudad de Oviedo desde el año 1926.

Poblado minero de Rioseco, a los pies del Pico Villuriz:



Gueyos del Río Llamo en la Pieza del Gueyu La Fonte:



 Son también parajes notorios de su entorno, El Averón de Foz:



 La mata de fayes de Sollozán y su valle: 






El Pozo Piru Calvín: 



Río La Valluga:



PATRONA DE LLAMO.-

La Patrona del pueblo es Nuestra Señora de las Nieves, que se venera en una de las capillas más antiguas del Concejo de Riosa. La Festividad se celebra a finales del mes de septiembre.


La Virgen de Las Nieves, imagen sedente que tiene rasgos de la imaginería del siglo XIII:



Procesión el día de la fiesta:


La capilla es de pequeñas dimensiones, de planta rectangular, con bóveda de cañón y cubierta a dos aguas, ubicado en un paraje muy hermoso a la falda del Aramo. Fue lugar de peregrinaciones. Está decorada con pinturas: la bóveda de cañón, con motivos ornamentales y en el muro y el testero con escenas de la pasión. 





Pinturas en el testero de la capilla, con imágenes de la pasión:








Con excepción de la saetera que se abre en el testero, no tiene más hueco que el de la puerta de entrada, de arco de medio punto, en cuyo tímpano figura la inscripción “Juan Iglesias - año 1884-”. Benjamín Alvarez, “Benxa”, en su libro “Laminarium de Aller, Morcín y Riosa”, cree que se refiere a la puerta, ya que el edificio es mucho más antiguo (medieval indeterminado). 

Los materiales empleados en su construcción (piedra porosa-toba-), hace que el edificio esté perfectamente integrado en el entorno abrupto que le rodea. En el pueblo de Llamo muchos de los edificios están construidos con esta clase piedra porosa - piedra toba -. Esta piedra, cuando se extrae de la tierra es blanda y puede ser modelada fácilmente. Una vez que pierde la humedad se transforma en una piedra dura pero de poco peso. En las inmediaciones del río, existen terrenos en los que abunda esta clase piedra. 
 Se conserva la imagen de la antigua capilla, es una virgen sedente con el niño, es de pequeñas dimensiones, unos treinta centímetros, y presenta las características propias de la imaginería del S. XIII.

RESTOS ARQUEOLÓGICOS Y ETNOGRÁFICOS.-

Como restos arqueológicos y etnográficos hemos de señalar las Minas Prehistóricas de Texeo (más de 4.500 años) , El Castro de La Pena El Cocheu (BOPA nº 154; 05-07-2011), además en el pueblo hay una panera y dos hórreos bien conservados.













RIQUEZA EN AGUA.-

Por último hemos de destacar la riqueza, de sus aguas. La abundancia y la pureza del agua de Llamo, era tal que, en virtud de Real Orden de 22 de junio de 1926, se captan 77 litros por segundo para abastecer la ciudad de Oviedo del manantial conocido como “Los Gueyos del Río Llamo”, situado en la finca conocida como “Pieza del Gueyu La Fonte”



Riosa, 21 de marzo de 2019
Texto: José Luis Cabo Sariego
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Agradecimientos.-
Quiero expresan mi agradecimiento a Higinio Hevia, quien me ha facilitado el artículo publicado por Constantino Muñiz Barro y que se encontraba entre los escritos de "Juan Ibero", escritor y políglota asturiano que estuvo casado su  tía María Fernández, de Les Texeres. 
Constantino, era muy amigo de "Juan Ibero", hasta el punto que fue su padrino de boda.
Asimismo, también quiero expresan mi agradecimiento a Tere Hevia, de Llamo, por haberme permitido la publicación de las fotos con escenas cotidianas de Llamo

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